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Carta a mi mismo
Tantos caminos he recorrido, cuantas huellas he pisado y tantas otras he creado.
Con el tiempo he cambiado y el destino se ha forjado. Llegar a el donde sale el sol es el premio.
El premio por haber transitado sin haber claudicado.
Si mis huellas y mis palabras te han inspirado a superarte a amarte y respetarte, cada paso no ha sido en vano.
Depende de ti ahora inspirar a ser mejor y más espiritual a los de tu tiempo. Disfrutemos del premio que es recompensa, solo si sabemos haber caminado con luz y verdad. Nos alienta tener la certeza de reencontrarnos en un mágico y maravillosos día donde el sol solo brillará y celebrará juntos a nosotros.
Carta a mi mismo y carta a vos que sos de otro tiempo, si algún día nos podemos conocer aunque sea solo por carta o e-mail, inclusive por teléfono, será para mi como una recompensa saber que ha pasado este tiempo desde que escribí mi carta hasta ahora que vos en tu tiempo estas viviendo. ¿Cómo están los valores ahora?
Tantas veces me tocó empezar de nuevo y desde cero.
Caminos nuevos que recorrer que me han enseñado a ser.
Ser, el que tengo que ser. El que trato de ser, el que tengo que ser.
El que soy ahora.
A no repetir los mismos y viejos errores. Ha sido difícil. Y no perder la integridad es el motor para encontrar la verdad y una salida.
Una salida es la solución a aplicar. Eso creo.
Hoy sigo en el camino, uno nuevo que me conduce hacia mi corazón, hacia donde sale el sol.
Primero escribo lo que el me dicta, y a leerlo encuentro mensajes para mi propia vida. Si para vos también encierran mis palabras un mensaje para tu vida en tu tiempo me hace feliz y te lo agradezco. Porque es también una forma de amor.
Tantos caminos he recorrido, cuantas huellas he pisado y tantas otras he creado.
Con el tiempo he cambiado y el destino se ha forjado y la integridad es el motor para encontrar la verdad y una salida que es la llegada a lo que tenga que ser.
Que nuestro camino en la vida este libre de dudas y temores. Que este limpio y se mantengan alejados los peligros y la gente de mala fe.
O mantengámonos alejados nosotros de los peligros y de esas cosas.
Eso creo. Eso deseo.
Y hablando de deseo recuerdo una conversación con mi amigo Patricio que entre mate y mate nos sumergimos en una charla mas profunda, a veces pasa.
Y el reflexiono en voz alta: “especificar el deseo es definir quien soy…” ò quien querer ser de todo lo que sos.
Revisar el camino recorrido, instalar un mojón como referencia para poder decidir el camino a seguir. ¿Yo soy todo lo que me gusta hacer?
Ò el conjunto de esas cosas hacen lo que soy.
Decidir el camino a seguir es también definirse y ser.
Hacer ese camino es concreción en acción “ya sos”
Hacer ese camino es ya soy, estoy siendo.
Quise escribirlo en la carta a mi mismo para no olvidar palabras que tienen sentido y significado para mí con un valor extra, me lo dijo un amigo.
Carta a mi mismo y carta a vos que sos de otro tiempo.
Abrazo!
Raúl Cosco 2011
Claro, ya comprendo, no entiendes porque hasta ahora no te había contado donde estoy y que hago.
Porque lo hago, ni yo lo sé todavía.
Sonrío pensando en tus conjeturas. Viaja por al mundo ó por su barrio. Camina o se traslada en motocicleta. Está trabajando ó es un vago que abre su ventana y husmea la vida desnuda.
Permíteme una carcajada cómplice de tu sonrisa.
En primer lugar pienses lo que pienses estás en lo cierto ó algo parecido habría dicho Henry Ford hace unos cuantos años atrás utilizando la palabra creo.
Creo entonces que sería muy cruel de mi parte y hasta insolente contradecir a su mente. Querido cómplice de mis observaciones, si coincides conmigo en alguna de mis apreciaciones debes saber que solo hago lo que hacen todos cada día.
Ir de aquí para allá.
Tan solo llevo conmigo un humilde diario en donde arrojo por una cuestión de necesidad intima, las cosas de mi cotidianeidad.
Vivencias diarias para mantener fresca y viva la vida misma.
Pero para no desilusionar a tu ego maltratado por los programas de TV en donde te acostumbran a saber más sobre la intimidad ajena te puedo decir una sola cosa más.
Pero dentro de un rato. Mas adelante.
Porque te quería contar de una vez que tuve que hacer un trámite bancario para mi hermana, esa vez estuvo cargado de sensaciones y responsabilidad. Fue así:
Transcripción del e-mail original:
Bueno Hermanita, paso a contarte las vivencias del trámite que me encargaste, le pedí a mi fiel amigo Eduardo que me acompañe ya que de esa manera me sentía mas seguro porque transportar dinero, aunque fuera poco, cuando es ajeno es mas valioso.
Empezamos bien, mucha atención y tensión hasta que entramos al banco, mientras comenzaba a relajarme los burócratas empleados lograron transformar mi estado de ánimo con una espera de 30 gomosos minutos por un papeleo que podría calificar de ingenuo e infantil. Desde ese escritorio caminamos unos breves pasos hasta una escalera descendiente de mármol con barandas doradas y pulidas. Desde los últimos escalones pude ver que la fila de personas hacia la caja que nos esperaba tenía la longitud de la vieja muralla china.
Los bolsillos estaban cargados, ocupados por el mandado y el amigo hizo un repaso visual de la situación, dándome una tranquilizante reflexión: “aquí estamos seguros…”
Algún día podré contarte detalles del recorrido especial que me hizo hacer para llegar hasta el banco, ¡el hombre es un profesional!
Pero ahora debo contarte que delante nuestro solo queda una persona. Ya casi llegamos.
Por alguna razón mi pulso comienza a acelerarse, lentamente parece transformarse la amable música ambiente en suspenso y tambores que intimidan. La caja se desocupa, es nuestro turno, mis piernas dudan, la luz de la mesa del cajero se hace cada vez más fuerte. Llego y el me mira sin saludo, su vista se posa sobre mis manos que le acercan los billetes prolijamente amarrados por una banda elástica. Los toma. Deshace la atadura y sus dedos comienzan a viajar por sobre los lomos de los billetes con la velocidad de un experto mientras me ordena: “documento” obedezco y se lo doy, intento tener aspecto tranquilo pero las gotas de sudor sobre mi frente me delatan.
Ahora solo puedo escuchar el sonido del papel al ser frotado por los dedos entrenados hasta que una duda se hizo presente sobre un pilón. El aire dejo de circular. Solo se sentía un pequeño silbido en mis oídos y mis ojos no podían apartarse de los del cajero. Con gravedad y seriedad aparto ese pilón y continuó con otro hasta retomar el apartado.
Comenzó nuevamente a contar, esta vez con sigilo y frotando con sus dedos cada pedazo de papel, los ojos, los de él, cada tanto miraban los míos y mi mente gritaba "¡dale hijo de puta!".
Al finalizar y casi con desprecio arrojó todas las pilas en un cajón y fue cuando sonó el golpe seco y certero del sello sobre el papel que hizo aparecer abruptamente el sonido y el bullicio del salón y hasta la música funcional, si mal no recuerdo tocaba Ray Conniff.
¡UF! me devolvió el DNI con un seco buen día, gracias y me fui victorioso acompañado por el amigo en busca de una hamburguesa doble con panceta y sprite con hielo... ¡eso hace que el alma vuelva mas contenta al cuerpo!
Después te cuento mas, misión cumplida.
Resumiendo, soy unos ojos que miran la vida desnuda, un hombre simple que pasa inadvertido entre las personas.
Pero con la suficiente audacia como para poder observar sin intervenir (a veces) y con coraje como para no ser cómplice (a veces, otra vez).
Así que, me alegro íntimamente al saber que puedo estar haciendo cada cosa que vos te permitas imaginar hoy.
Claro, ya comprendo, no entiendes porque hasta ahora no te había contado donde estoy y que hago…
Te envío un sincero abrazo, nos volvemos a encontrar muy pronto.
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¡PREMIADOS!
BUENAS NOCHES
Te cuento un cuento para que duermas tranquilo, y tu descanso sea real.
Invento una historia que imagino y te transporte seguro al flotar.
Mi voz te garantiza compañía y de verdad te relajas.
Al principio veo que tus ojos prestan atención y me piden una dirección al contar.
Me decís que personajes deben estar y desde allí en adelante debo contar.
Te vas relajando de a poquito y la risa que provoca el chistecito hace que me derrita. Ahora ilusionado por la promesa del descanso un suspiro dejas cantar.
Yo imagino que tu soñar comenzara con este cuento al terminar y que tal vez serán las primeras imágenes para transportarte a aquel mágico lugar en donde vos escribirás la historia y su final.
Por eso aprovecho para inventar un cuento para que duermas tranquilo y que entiendas que portarse bien es bueno y compartir es divertido.
Que enojarse te hace perder tiempo de jugar y que los caprichos solo te conducen a la penitencia.
Pero que divertido si ponemos la penitencia en un lugar y al enojo en un rincón. Al berrinche en el ropero y las palabras feas con champú.
Por eso, te cuento un cuento para que duermas tranquilo, y tu descanso sea real.
Te prometo que el cuco no existe más y que mañana penitencia no habrá.
Te cuento un cuento para que duermas tranquilo, y tu descanso sea real.
Dulces Sueños mi corazón… Te Amo, Papá.
VACACIONES
Vacaciones, necesito vacaciones. ¿Tan cansado estas? pregunto mi mente... a lo que respondí, si, necesito vacaciones de mi mismo...
Al principio me causo mucha gracia mi automática respuesta…
De mi mismo... já que disparate, dijo mi intelecto.
Seria una tragedia abandonar así la realidad, dijo increpándome el lado de control de mi cerebro.
¡Enloqueció! dijo mi natural sarcasmo, mientras se reía a carcajadas.
Y no puedo reproducir los comentarios de mi más oscuro humor...
Mientras cada lugar de mi ser emitía su opinión, levantando pancartas, organizando piquetes y manifestaciones de todo tipo en repudio a aquella frase escapada o liberada, que definitivamente había generado toda clase de reacciones.
Una cosa es a veces deliberadamente cierta como definitivamente real.
Se ha producido un hecho al que evidentemente he llegado y de no muy buena manera. Tan presionado por las cosas de la vida que algo en mi dijo querer tener vacaciones de mismo.
O de si mismo.
¿Posible?
¿Imposible?
¿Delirio?
Las interpretaciones científicas están para los especialistas.
Yo hago lo que puedo.
Primero darme cuenta. Es más de lo que imaginaba.
Días como estos me ponen a salvo por un segundo de tiempo.
Pero bueno, como seria un día de vacaciones de mi mismo.
Intentare imaginarlo.
...en principio y por la mañana al despertarme tendría un vacío de responsabilidades sorprendente.
Obviamente hoy, no hay que ir a trabajar.
Frente al espejo... ah que problema. Que imagen me gustaría tener... pensemos. No. Está bien. Dejémoslo como estoy. Me parece que nos evitaríamos algunos problemas. Desde luego gozo de muy buena salud y aspecto sereno. (A veces…)
Bien, continúo. En segundo lugar habría ningún reclamo de asistencia de persona alguna. Dispondría del total de mis ingresos monetarios para hacer con ellos lo que me plazca sin tener consecuencias de cuentas o impuestos que pagar. Lo que me daría el inmenso placer por un día de mirar la cara del fisco y del Señor Banco anonadado por no poder tocar mi dinero. ¡Que placer!
Desayunaría tranquilo con mi familia con la certeza que ni mi suegra va a llamar por teléfono o tocarà el timbre ya que este día... no funcionan.
Planearíamos un día de paseo perfecto y además lo haríamos realidad.
Disfrutar porque sí
Disfrutar porque sí
Disfrutar porque sí
Perdóneme que lo he repetido 3 veces, no se trata que no me entienda, solo es para mi, para convencerme.
¡Enloqueció! repitió mi natural sarcasmo, mientras se desparramaba por el piso a carcajadas.
¡Que! Tengo derecho, ¿o no? De hecho, decidir tener vacaciones de mi mismo es asunto mío.
Cuando necesito ir al baño no estoy conversando con mi mente a ver si están todos de acuerdo… voy y ya está.
Eso si, levanto la tapa… y en eso una parte de mi intelecto está de acuerdo.
Vacaciones….de mi mismo…
Una cosa es deliberadamente cierta como definitivamente real.
Vacaciones….de mi mismo…
Disfrutar porque sí hoy, mañana puede ser tarde.
¡Cháu amigos, los dejo con ustedes mismos!
Disfrútense o sino…tómense vacaciones de ustedes mismos también.
Los quiero, Raúl Cosco.
Posdata: no sé si vuelvo… ¡ja ja ja!
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